Decidí transcribir un articulo con unas dimensiones extraordinarias en el aspecto financiero, y que encontre en la página www.conceptosfinancieros.org/, gracias al blog de una hermana en Cristo.
Por: Dr. Andrés Panasiuk
Dios, frecuentemente retiene fondos, por ejemplo, con el propósito de enseñarnos alguna lección. Muchas veces los cristianos hacen planes para sí mismos sin tener una dirección clara de Dios, y eso no sólo viola el principio que dice: “No tentarás al Señor tu Dios”; sino que aquellos que lo hacen regularmente no han aceptado, verdaderamente, la sabiduría de Dios como superior a la propia.
¿Cómo es que Dios usa el dinero para ayudarnos a crecer en nuestra vida emocional y espiritual? Mateo 6:32 y 33 dice: “Los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que necesitáis de todo esto. Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Aquí Dios nos hace una promesa basada en nuestra necesidad. Él sabe que tenemos necesidades, pero aún así debemos buscar primero su Reino y su justicia, y dejar que Él se encargue del resto. Esto nos ayuda a crecer espiritualmente, en nuestra fe y en nuestra confianza en Él.
Quizás suene un poquito confuso, pero buscar el Reino de Dios y su justicia implica que nuestras prioridades deben estar basadas en los objetivos globales de Dios. Dios usa el dinero, por ejemplo, para ayudarnos a tener prioridades eternas y no concentrarnos en las cosas pasajeras de la vida.
Tengo un amigo que ha pasado un tiempo bastante difícil económicamente durante los últimos seis años. Él sirve en la Iglesia y da de su talento, su tiempo y sus tesoros a la obra de Dios. Sin embargo, a los ojos comunes parece ser que las cosas no le han ido muy bien. Pero cuando uno mira más profundamente en su vida, se da cuenta que en los últimos seis años nadie se ha enfermado en su familia. Los hijos están involucrados en las cosas del Señor, dan buen testimonio con sus amigos, han traído algunos amigos a conocer al Señor Jesús como su salvador personal; todas las cuentas han sido pagas en la casa; y como si fuera poco, han salido de algunas deudas con las tarjetas de crédito. Entonces, cuando pensamos esto en profundidad, nos damos cuenta que Dios sí tiene cuidado de las cosas que necesitamos, quizás no de las que queremos, pero sí de las que necesitamos.
Jesucristo nos da una imagen entendible en Mateo 7:11, cuando dice: “Si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!”.
Recuerde, la forma en la que manejamos el dinero es una expresión externa de una condición espiritual interna. Dios usa el dinero en nuestras vidas para ayudarnos a crecer internamente y cambiar nuestro comportamiento externo. Romanos capítulo 10 dice: “Todo el que en Él confíe, nunca será defraudado”. Dios usa el dinero para ayudarnos a entender que Él moldea nuestras vidas y espera que confiemos en Él para todas nuestras necesidades.
Dios, frecuentemente retiene fondos, por ejemplo, con el propósito de enseñarnos alguna lección. Muchas veces los cristianos hacen planes para sí mismos sin tener una dirección clara de Dios, y eso no sólo viola el principio que dice: “No tentarás al Señor tu Dios”; sino que aquellos que lo hacen regularmente no han aceptado, verdaderamente, la sabiduría de Dios como superior a la propia.
¿Cómo es que Dios usa el dinero para ayudarnos a crecer en nuestra vida emocional y espiritual? Mateo 6:32 y 33 dice: “Los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que necesitáis de todo esto. Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Aquí Dios nos hace una promesa basada en nuestra necesidad. Él sabe que tenemos necesidades, pero aún así debemos buscar primero su Reino y su justicia, y dejar que Él se encargue del resto. Esto nos ayuda a crecer espiritualmente, en nuestra fe y en nuestra confianza en Él.
Quizás suene un poquito confuso, pero buscar el Reino de Dios y su justicia implica que nuestras prioridades deben estar basadas en los objetivos globales de Dios. Dios usa el dinero, por ejemplo, para ayudarnos a tener prioridades eternas y no concentrarnos en las cosas pasajeras de la vida.
Tengo un amigo que ha pasado un tiempo bastante difícil económicamente durante los últimos seis años. Él sirve en la Iglesia y da de su talento, su tiempo y sus tesoros a la obra de Dios. Sin embargo, a los ojos comunes parece ser que las cosas no le han ido muy bien. Pero cuando uno mira más profundamente en su vida, se da cuenta que en los últimos seis años nadie se ha enfermado en su familia. Los hijos están involucrados en las cosas del Señor, dan buen testimonio con sus amigos, han traído algunos amigos a conocer al Señor Jesús como su salvador personal; todas las cuentas han sido pagas en la casa; y como si fuera poco, han salido de algunas deudas con las tarjetas de crédito. Entonces, cuando pensamos esto en profundidad, nos damos cuenta que Dios sí tiene cuidado de las cosas que necesitamos, quizás no de las que queremos, pero sí de las que necesitamos.
Jesucristo nos da una imagen entendible en Mateo 7:11, cuando dice: “Si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!”.
Recuerde, la forma en la que manejamos el dinero es una expresión externa de una condición espiritual interna. Dios usa el dinero en nuestras vidas para ayudarnos a crecer internamente y cambiar nuestro comportamiento externo. Romanos capítulo 10 dice: “Todo el que en Él confíe, nunca será defraudado”. Dios usa el dinero para ayudarnos a entender que Él moldea nuestras vidas y espera que confiemos en Él para todas nuestras necesidades.
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