miércoles, 20 de abril de 2011

EL TOQUE SOBRENATURAL EN TU VIDA.

La palabra sobrenatural quiere decir todo aquello que “no sigue las reglas conocidas de la naturaleza o que supera sus límites”. En otro concepto conocido significa lo que no ha sido creado y, en cuanto increado, tiene repercusiones en la naturaleza en cuanto creada, pues, para que pueda rastrearse, es posible preguntar desde lo creado por algo sobrenatural.

Para entender mejor veamos que, dicha palabra tiene sinónimos como “inmaterial, mágico, milagroso, metafísico, divino”.

Pero no voy a entrar en discusiones teológicas ni en problemas de formación de los conceptos válidos por esta palabra.

Voy a exponer lo sobrenatural en la naturaleza divina. Ese toque extraordinario, sobrecogedor que has recibido de Dios y que NUNCA vas a olvidar; ese asombroso día que recibiste algo sorprendente, que en ocasiones no puedes expresar con palabras, porque DAS TESTIMONIO, y que no puedes borrar de la memoria y te resulta difícil desconocer.

Todos tenemos testimonio de aquel día en que la Plenitud del Espíritu Santo llegó a nosotros. En Él hay poder, el mismo Poder que produjo el milagro de resucitar a Jesucristo de los muertos; el poder de abrir el mar...


Si eres sincero contigo mismo, sabrás entender y manifestar lo que Dios ha hecho en tu vida.
El toque sobrenatural de Dios en tu vida debió haber sido, o debe ser inquietante turbador e impresionante. En la Biblia hay un sinnúmero de ejemplos. Veamos varios.

"Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, cambió el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego y ordenó que el horno se calentara siete veces más de lo acostumbrado. Y ordenó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que ataran a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiente. Así pues, estos hombres fueron atados con sus mantos, sus calzados, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiente. Y como la orden del rey era apremiante, y habían calentado mucho el horno, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiente.


Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo:
—¿No echaron a tres hombres atados dentro del fuego?
Ellos respondieron al rey:
—Es verdad, oh rey.
Y él dijo:
Sin embargo, yo veo cuatro hombres sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a un hijo de los dioses.
Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiente, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid.
Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. Daniel 3:19-27

Te darás cuenta que Nabucodonosor, Sadrac, Mesac y Abed-nego nunca se les olvidará ese día en que estuvieron en medio del horno de fuego. Transformaría tu vida, una situación así?. Fue algo sobrenatural.

Veamos otro ejemplo:


“Pero sucedió que, mientras iba de camino, estando ya muy cerca de Damasco, le rodeó de pronto una deslumbradora luz celestial. Cayó a tierra, y oyó una voz que le decía: ¡Saulo, Saulo!, ¿por qué me persigues? Él preguntó: ¿Quién eres, Señor? La voz le contestó: Yo soy Jesús, a quien tú persigues”.(Hechos 9:3-5)


Ese encuentro tuvo que ser sorprendente, asombroso para Pablo. La luz celestial y la voz del Todopoderoso en plena acción. ¿alguna luminosidad, alguna señal has tenido en tu vida?.

Bien; siempre habrá algo en lo profundo de tu corazón que recuerdes lo que Dios ha hecho por ti. Lo que el Señor Jesucristo ha obrado en ti. El día en que no sabías que decir, no tenías explicación de lo que pasaba, no había esclarecimiento de la paz que gobernaba tu vida, el día que soltaste lagrimas de culpa, de gozo, de satisfacción, de amor…..el día en que entregaste tu vida a servicio de Cristo, ese día maravilloso, inesperado, el momento en que sentiste o el fuego, o la luz, o la voz, la PRESENCIA del Espíritu Santo en tu vida. 


Permíteme recordarte, que tienes un testimonio de tu vida, de aquel encuentro con el Señor. No lo olvides.

En el Nombre de Jesús.

Dios te continúe bendiciendo.

domingo, 10 de abril de 2011

El don de la PALABRA DE SABIDURIA


El don de PALABRA DE SABIDURIA, no es la sabiduría general. No tiene que ver con el saber o conocimiento natural del hombre. Palabra de sabiduría viene del griego ( logo sojía); Para aquellos que Dios les ha dado el don de la PALABRA de Sabiduría, la definimos como una revelación sobrenatural por el Espíritu Santo con respecto al plan omnipotente de la mente y voluntad de Dios. Es decir, Dios se manifiesta en ti, DE MANERA SOBRENATURAL con una información que es el propósito de Él.


Una Palabra de Sabiduría, es un fragmento del conocimiento de Dios dado por el Espíritu Santo a una persona. Es impartida de manera sobrenatural. En ocasiones viene acompañada de una palabra profética. Puede ser audible, puede ser por sueños, de manera interna, pero es la VOLUNTAD de Dios. Dividamos las dos palabras: logo y sojía.

Palabra (logo): es definida como un concepto, idea, dicho, asunto, razón, narrativa o doctrina. Si en la Biblia se hubiera querido expresar la idea de “declaración” probablemente hubiera sido usada la palabra griega rhema, en vez de logo. Es por ello que el don de PALABRA DE SABIDURÍA es un contenido divino sobre lo que piensa y quiere hacer Dios.

El término logo, lo podemos ver en la Biblia de manera plural y singular; se usa especialmente en el mensaje cristiano, (Mr. 2.2; Hch. 6.2; Gá. 6.6), aunque para la iglesia primitiva la palabra “palabra” era un mensaje revelado por Dios en Cristo, que debía ser predicado, atendido, y obedecido. Se trataba de la palabra de vida (Fil. 2.16), de verdad (Ef. 1.13), de salvación (Hch. 13.26), de reconciliación (2 Co. 5.19), de la cruz (1 Co. 1.18).


Sabiduría (sojía) no tiene que ver con habilidades naturales, ni intuiciones. La sabiduría es el conocimiento profundo en ciencias, letras o artes. Las personas realmente sabias son aquellas a las que Dios en su gracia ha impartido sabiduría: Salomón (Mt. 12.42; Lc. 11.31), Esteban (Hch. 6.10), Pablo (2 P. 3.15), José (Hch. 7.10). 

La palabra de Dios nos dice que Cristo encarnado fue aumentando en sabiduría (Lc. 2.40, 52) siendo niño, y maravilló a sus oyentes por su sabiduría cuando fue hombre (Mt. 13.54; Mr. 6.2). Afirmó tener sabiduría (Mt. 12.42) y poseer un conocimiento sin igual de Dios (Mt. 11.25).


En Pr. 1.20–33 la sabiduría se asemeja a una mujer que clama en las calles pidiendo a los hombres que se vuelvan de sus necios caminos y busquen en ella instrucción y seguridad.

Pero lo que realmente nos interesa es el DON de la Palabra de Sabiduría que nos otorga ciertos hechos e información por vía de la revelación divina provista por el Espíritu Santo. Por las anteriores definiciones vemos que Jesucristo poseía el don.


Permíteme decirte que aquí no tiene que ver el intelecto ni las emociones, ni el entendimiento, potencia cognoscitiva racional del humano. La capacidad, la inteligencia, la sabiduría no aplica. Recordemos que hablamos es de la PALABRA DE SABIDURÍA.

Es probable que en Esteban operara ese don: Pero no podían resistir la sabiduría y el Espíritu con que hablaba. Hechos 6:10.


También es posible que este don haya resuelto el primer concilio de la iglesia apostólica en sus inicios: pues ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias… Hechos 15:28. Vemos que la mente del Espíritu Santo probablemente fue trasmitida a los apóstoles por una palabra de sabiduría.

Para la operación continúa de este don, la obediencia y el sometimiento a Cristo es primordial. La revelación es recibida en nuestro espíritu de manera audible, en forma interna (Hechos 9:11).

Hay que aplicarla correctamente, porque es manifestada para conferir dirección, impartir conocimiento, revelar cosas ocultas, impartir conocimiento, relacionado todo con el propósito divino de la Voluntad de Dios.

Cuando Dios decide revelar Su propia mente y propósito y plan al hombre de una manera sobrenatural, lo hace a través de la manifestación sobrenatural de la palabra de sabiduría. Y ese don de la palabra de sabiduría debe distinguirse a la sabiduría general al tratar con asuntos de la vida que Él dará a todos lo que le piden. Santiago 1:5.

"Pero la sabiduría de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, condescendiente, llena de misericordia y de buenos frutos, sin vacilación, sin hipocresía"

En el otro post veremos unos ejemplos donde se opera el don de La Palabra de Sabiduría. En el Nombre de Jesús.

Dios les continúe bendiciendo.