En la nación en que vives, predomina una autoridad terrenal. Dicha autoridad tiene un lugar, un poder, un puesto destacado entre su pueblo. Los poderes a veces están bajo el mando de una sola persona, o de varias. Gobiernos, monarcas, cámaras, reyes etc; existen diversas formas de jefaturas,… y sus representantes establecen sus leyes.
Pocos gobernantes saben que por encima de ellos, hay algo más destacado que los rige y representa; y aparte de todo lo anterior, existe algo mucho más importante que está sobre Todo Nombre, es Nuestro Dios, el Dios de Israel.
Pues bien, algunas veces, los conflictos entre las naciones son presididos por “dominios” que no tienen nada que ver con las leyes terrenales. Supuestos “protectores” que siembran odio, destrucción, engaño y muerte. Podría llamárseles guardianes de un pueblo o una nación. Un ejemplo lo encontramos en el Libro de Daniel. Un libro que está relacionado con el libro de Apocalipsis (Revelaciones).
Daniel tuvo una revelación verdadera, pero con un significado difícil de entender. No quiero ir al trasfondo, tan solo voy a tocar lo concerniente al tema. Veamos Daniel 10:2.
En aquellos días, yo, Daniel, estuve muy triste durante tres semanas….. 5De pronto, me fijé y vi un hombre vestido con ropas de lino y un cinturón de oro puro. 7“Solo yo pude ver la visión, pues los hombres que estaban conmigo no se dieron cuenta de nada, porque el miedo se apoderó de ellos y corrieron a esconderse…………. 9Cuando le oí hablar, caí desmayado y quedé tendido en el suelo…... . 11Luego me dijo: ‘Daniel, a quien Dios ama, escucha bien lo que te voy a decir: levántate; porque yo he sido enviado a ti.’
“Tan pronto como terminó de decir estas palabras, yo, tembloroso, me puse de pie. 12Entonces me dijo: ‘No tengas miedo, Daniel, porque desde el primer día en que trataste de comprender las cosas difíciles y decidiste humillarte ante tu Dios, él escuchó tus oraciones. Por eso he venido yo. 13El ángel príncipe del reino de Persia se me ha opuesto durante veintiún días; pero Miguel, uno de los ángeles príncipes más altos, vino en mi ayuda, pues yo me había quedado solo junto a los reyes de Persia…. 15“Mientras me decía esto, yo estaba con la mirada fija en el suelo y sin decir una sola palabra……..18“Aquel que parecía un hijo de hombre me volvió a tocar, me dio nuevas fuerzas 19y me dijo: ‘No tengas miedo ni te preocupes. Dios te ama; ¡anímate y ten valor!’“Mientras me hablaba, sentí que me iba reanimando, y dije: ‘Señor, háblame, pues me has devuelto las fuerzas.’ 20Entonces me dijo: ‘¿Sabes por qué he venido a verte? Pues porque ahora tengo que volver a luchar con el ángel príncipe de Persia. Y cuando haya terminado de luchar con él, vendrá el ángel príncipe de Grecia….
Estos ángeles llamados “príncipe de Persia” y “de Grecia”, son potestades que aún rigen en esos países y que por obvias razones están dividiendo los entornos sociales y políticos en la tierra.
Si miramos la perspectiva mundial en estos momentos vamos a encontrarnos con muchos asombros. Los conflictos que aún permanecen se vienen relacionando precisamente con esas potestades que existen en esos pueblos. Cada gobernante, cada monarca, arrastra consigo el “dominio” que rige en su nación. Basta con ver a tantas ciudades, tantas villas y poblaciones con su situación social.
Creo que muchos sabrán relacionar a Irán con Persia o al mundo occidental con Grecia.
Acordémonos que Dios quita y pone reyes. “El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. 22El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz”
Aunque parezca difícil para muchos cristianos, debemos orar los gobernantes.
Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias a Dios por toda la humanidad. 2Se debe orar por los que gobiernan y por todas las autoridades, para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, con toda piedad y dignidad. 3Esto es bueno y agrada a Dios nuestro Salvador, 4pues él quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad. 5Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús.
En el Nombre de Jesús.
Dios te continúe bendiciendo.
Pocos gobernantes saben que por encima de ellos, hay algo más destacado que los rige y representa; y aparte de todo lo anterior, existe algo mucho más importante que está sobre Todo Nombre, es Nuestro Dios, el Dios de Israel.
Pues bien, algunas veces, los conflictos entre las naciones son presididos por “dominios” que no tienen nada que ver con las leyes terrenales. Supuestos “protectores” que siembran odio, destrucción, engaño y muerte. Podría llamárseles guardianes de un pueblo o una nación. Un ejemplo lo encontramos en el Libro de Daniel. Un libro que está relacionado con el libro de Apocalipsis (Revelaciones).
Daniel tuvo una revelación verdadera, pero con un significado difícil de entender. No quiero ir al trasfondo, tan solo voy a tocar lo concerniente al tema. Veamos Daniel 10:2.
En aquellos días, yo, Daniel, estuve muy triste durante tres semanas….. 5De pronto, me fijé y vi un hombre vestido con ropas de lino y un cinturón de oro puro. 7“Solo yo pude ver la visión, pues los hombres que estaban conmigo no se dieron cuenta de nada, porque el miedo se apoderó de ellos y corrieron a esconderse…………. 9Cuando le oí hablar, caí desmayado y quedé tendido en el suelo…... . 11Luego me dijo: ‘Daniel, a quien Dios ama, escucha bien lo que te voy a decir: levántate; porque yo he sido enviado a ti.’
“Tan pronto como terminó de decir estas palabras, yo, tembloroso, me puse de pie. 12Entonces me dijo: ‘No tengas miedo, Daniel, porque desde el primer día en que trataste de comprender las cosas difíciles y decidiste humillarte ante tu Dios, él escuchó tus oraciones. Por eso he venido yo. 13El ángel príncipe del reino de Persia se me ha opuesto durante veintiún días; pero Miguel, uno de los ángeles príncipes más altos, vino en mi ayuda, pues yo me había quedado solo junto a los reyes de Persia…. 15“Mientras me decía esto, yo estaba con la mirada fija en el suelo y sin decir una sola palabra……..18“Aquel que parecía un hijo de hombre me volvió a tocar, me dio nuevas fuerzas 19y me dijo: ‘No tengas miedo ni te preocupes. Dios te ama; ¡anímate y ten valor!’“Mientras me hablaba, sentí que me iba reanimando, y dije: ‘Señor, háblame, pues me has devuelto las fuerzas.’ 20Entonces me dijo: ‘¿Sabes por qué he venido a verte? Pues porque ahora tengo que volver a luchar con el ángel príncipe de Persia. Y cuando haya terminado de luchar con él, vendrá el ángel príncipe de Grecia….
Estos ángeles llamados “príncipe de Persia” y “de Grecia”, son potestades que aún rigen en esos países y que por obvias razones están dividiendo los entornos sociales y políticos en la tierra.
Si miramos la perspectiva mundial en estos momentos vamos a encontrarnos con muchos asombros. Los conflictos que aún permanecen se vienen relacionando precisamente con esas potestades que existen en esos pueblos. Cada gobernante, cada monarca, arrastra consigo el “dominio” que rige en su nación. Basta con ver a tantas ciudades, tantas villas y poblaciones con su situación social.
Creo que muchos sabrán relacionar a Irán con Persia o al mundo occidental con Grecia.
Acordémonos que Dios quita y pone reyes. “El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. 22El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz”
Aunque parezca difícil para muchos cristianos, debemos orar los gobernantes.
Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias a Dios por toda la humanidad. 2Se debe orar por los que gobiernan y por todas las autoridades, para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, con toda piedad y dignidad. 3Esto es bueno y agrada a Dios nuestro Salvador, 4pues él quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad. 5Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús.
En el Nombre de Jesús.
Dios te continúe bendiciendo.