miércoles, 10 de diciembre de 2008

NO AMEMOS DE PALABRA Y DE LENGUA, SINO CON HECHO Y VERDAD.


En esto hemos conocido el amor, en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 1 Juan 3:16-18.

Mi esposa me dice que la generosidad debe ser medida con la manifestación que nos da el Espíritu Santo, y está en lo cierto. Ella me considera un ser demasiado noble y generoso para con los demás. No importa si la persona tiene mala voluntad para conmigo, pues la ayuda me nace de adentro, no sé si viene de parte mía o de parte del Señor; y ese es un problema bastante grave para mí.

Las emociones a veces juegan un papel importante a la hora de ser bondadosos con los demás. Hay personas con apariencia de piedad que pueden aprovecharse de tu generosidad. Bien lo dice la Palabra de Dios que estos mismos engañadores negarán a Cristo, porque son amadores de sí mismos, vanagloriosos, blasfemos, sin afecto natural, crueles, calumniadores, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, a esos hay que evitar.

Pero ¿Cómo diferenciar a alguien que verdaderamente necesita una ayuda o alguien que está fingiendo por esa ayuda? Si sabes discernir entre una y otra ayuda, sin la necesidad de Nuestro Señor Jesucristo, estarás juzgando mal.

Una forma de saber si la persona necesita ayuda es hablarle de la Palabra del Dios de Israel. Invoca al Espíritu Santo para que ponga palabra en tus labios….y si la persona se siente bien, y escucha con atención todo lo que predicas, todo lo que ha hecho, está haciendo y hará Nuestro Dios en los tiempos de los tiempos, ten la plena seguridad que acertarás a lo que Dios te ha encomendado. Nunca estamos en un lugar por casualidad. A veces El Señor te pone en un sitio, en determinado momento, en una situación y allí es donde debes actuar.

Nos fijamos a veces por las difíciles situaciones que pasan nuestros hermanos. La mayoría de veces lo determinamos en la parte económica. No nos fijamos en la parte espiritual. Siempre que observas a algún mendigo, creo que lo asemejas con un familiar; tratamos de colaborarle hasta con lo más ínfimo y nunca le hablamos de la Palabra.

No podemos ser esclavos del dinero, aunque tampoco debemos gastar más de lo convenido, pero las Obras que nos encomienda el Señor debemos hacerlas cueste lo que cueste. El oro y la plata pertenecen a Él. Nada puedes hacer con el dinero. No lo puedes atesorar, ni guardar, ni comprar bienes o tierras, porque todo pertenece a Él. La polilla corroerá tu oro y tu plata, no pongas tu corazón en lo vano porque Jesucristo te lo reclamará.

Si sientes esa voz de adentro, la voz del Espíritu Santo, si confirmas que el Señor Jesucristo te está encomendando una misión para ayudar a tu hermano, HAZLO. Que la duda no te detenga. Te diré que el Señor te multiplica toda obra que haces con tu prójimo. Puedo darte cientos de testimonios, la mayoría de mi parte, que el mismo Dios de Israel no desampara, te da lo que pides, recompensa tu labor y posará en tu corazón el amor de Dios por siempre, y te diré: ¿ que podrá separarte de ese Amor de Nuestro Señor Jesucristo?

Estimados amigos, No amemos de palabra y de lengua, sino con hecho y verdad.

Cristo te ama.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ademàs de todo lo dicho, el Señor es el que mira los corazones. Si una persona da a la iglesia tan solo por que lo vean, ese aporteno dejarà de ser de bendiciòn para la iglesia ¿Pero la recompensa de èl? ¿Dónde queda?

ABEL ADAN dijo...

En 2 Corintios 9:6, esta escrito:

Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al DADOR ALEGRE. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis para toda buena obra;

Cristo te ama Alí.

David López-Cepero dijo...

El cristianismo debe ser práctico, porque decir cosas buenas y bonitas es relativamente fácil para muchos, pero las palabras carecen de peso, llevan algo impregnado en ellas cuando salen de nuestra boca, algo invisible, parte de nuestro corazón...

Y si decimos algo y no lo vivimos, las palabras no tienen apenas peso para llegar a otras personas, ni para mostrarles el amor de Dios, ni por supuesto para convencerlas de nada... Por eso es importante vivir honestamente, y no solo de palabra bonitas o "ciertas", porque eso es lo que hacían los fariseos...

Me gusta pensar de todos modos, que lo que podemos dar aparte de palabras, no es solo dinero, sino compañía, compasión, empatía, amistad... Y todo lo que ello conlleva.

Gracias por el consejo Abel.

ABEL ADAN dijo...

David:

Has dicho palabras fieles para el Señor.

"Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras."

Dios te continúe bendiciendo grandemente.