miércoles, 27 de octubre de 2010

EL HUERTO

El huerto es una porción de tierra, generalmente pequeña, dedicada al cultivo de frutos. El diccionario lo define como un Terreno de corta extensión, generalmente cercado de pared, en que se plantan verduras, legumbres y a veces árboles frutales.

En el antiguo Egipto las costumbres agrícolas incluían el uso de las aguas del rio Nilo, para irrigar grandes extensiones de tierra. El pueblo de Israel presenció la vida dedicada al cultivo de los egipcios, hasta que Dios le advirtió la Tierra Prometida: La tierra a la que vas a entrar para tomarla no es como la tierra de Egipto, de donde habéis salido, donde sembrabas tu semilla y regabas con tu pie, como huerto de hortaliza. La tierra a la que vais a entrar para tomarla es tierra de montes y de vegas, que bebe las aguas de la lluvia del cielo; una tierra de la que cuida Jehová, tu Dios. Siempre están sobre ella los ojos de Jehová, tu Dios, desde el principio del año hasta el fin. Dt 11:10.

Pero el pueblo de Israel hacía sus huertos en cercanías de fuentes de agua; en esos huertos a veces se construían zanjas que llevaban el agua a través de canales, o se transportaban a mano en pequeñas vasijas de tierra para riego del mismo. En otras ocasiones a veces los huertos se cercaban. Los palacios reales y las casas de personas acomodadas tenían sus huertos. 1 Reyes 21:2.

De por sí, Adán y Eva no fueron enviados a un Palacio de Oro lleno de ostentosidades; ellos habitaron en un huerto.
Si leemos en la Biblia, el huerto es un lugar establecido por el pueblo de Israel, por nobles y reyes, para resolver diferentes actos, vivir situaciones etc.

A veces se utilizaban los huertos como lugar de enterramiento, como fue el caso de Manases. 2Reyes 21:18.
Acordémonos que José de Arimatea había construido una tumba en un huerto donde fue luego enterrado el Señor Jesús. Juan 19:41.
Nuestro Señor Jesucristo acostumbraba reunirse, descansar y orar en el huerto de Getsemaní. Juan 18:1.
En el libro de Cantares la figura del huerto habla de lugar de fructificación, abundancia, comodidad y felicidad. Cantares 4. 12,15,16.
También los huertos eran lugares de recreo Ester. 1.5; 7.7–8. En los huertos de los nobles y de la realeza había especias y plantas elegidas (Cnt. 5.1; 6.2, 11 (nogales); 4.12–16 en general; Ec. 2.5). Estos huertos, al igual que algunos otros, estaban protegidos por muros (Cnt. 4.12), y tenían que ser regados, p. ej. mediante un manantial o estanque.

Aunque también el uso de los huertos se hacía para ritos paganos, quizás relacionados con los cultos de la fertilidad en Canaán (Is. 1.29; 65.3; 66.17).
Pero hay algo bello en la Palabra. El hombre que agrada a Dios será como huerto de riego (Isaías 58:11), también lo encuentras en Jeremías 31;12.

Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había formado. Génesis 2:8. Edén es una palabra hebrea que significa delicia ( Is 51.3; Ez 31.8–9). Algunos la relacionan con un término asirio que significa llanura o estepa.

Pero nótese que esta idea está reflejada en Isaías y Jeremías como dije anteriormente.

Veamos qué relación tiene el huerto en la vida. Nuestra vida es un huerto en el cual tienes que sembrar la vid, la Vid verdadera, y enseñarla a difundir en otros huertos; tienes que sembrar frutos, y regarlos con la lluvia de nos da el Señor. Cuando no encuentres lluvia, muchas veces encuentras una fuente de agua, lleva agua de esa fuente, esfuérzate y baña tu huerto.

Y el que da semilla al que siembra y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que seáis ricos en todo para toda generosidad, la cual produce, por medio de nosotros, acción de gracias a Dios, porque la entrega de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios. 2 Corintios 9:10.

Trata de abrir zanjas, caminos por donde el agua se esparza y riegue lo que has sembrado. Revisa tus frutos, El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero 2 Timoteo 2:6.

Cuando bebas el agua (leas la Palabra de Dios), riega tu huerto (ponla en tu vida). Estarás en bendición, porque tendrás frutos.

Hay un escrito de Matthew Henry que me resulta interesante: La iglesia está representada como una vid y una viña. La raíz de esa vid es Cristo, las ramas son los creyentes. La iglesia es como una vid que necesita apoyo, pero que se extiende y da fruto. Si una vid no da fruto, ninguna otra planta vale tan poco. ¿Y nosotros no somos plantados como en un huerto bien cultivado con todos los medios para dar fruto en obras de justicia? Pero las inútiles hojas de la profesión y los manojos vacíos de las nociones y formas abundan mucho más que la piedad real. —Fue desolada y destruida. Hubo una buena razón para este cambio en el trato de Dios con ellos. Con nosotros está bien o mal, conforme nos sometamos a las sonrisas o al ceño fruncido de Dios. Cuando consideramos el estado de la parte más pura de la iglesia visible, no podemos maravillarnos de que sea visitada con correctivos punzantes. Ellos piden que Dios ayude a la vid. Señor, fue formada por ti mismo y para ti mismo, por tanto que, con humilde confianza, sea encomendada a ti mismo”.

Tu modo de vivir es un huerto, que debes cuidar, abonar, y sacar al máximo el rendimiento del terreno. A veces es necesario cercarlo, porque de forma accidental hay animales que lo estropean. Acuerdate usar la mejor agua, la que proviene del Dios de Israel. En el Nombre de Jesús.

Dios te continúe bendiciendo.

martes, 12 de octubre de 2010

LA CARNE Y EL ESPÍRITU


Dime, ¿qué alimentos suministras a tu cuerpo?
¿Qué alimentos suministras a tu Espíritu?

Necesitas dar alimento a tu cuerpo para el normal funcionamiento del mismo. En igual manera te sostienes con proteínas y carbohidratos. También con ejercicios y respiración.


Pero el Espíritu necesita un solo alimento, esencial, para la subsistencia y el desarrollo; ese alimento es la PALABRA DE DIOS.

Cuando conoces a Nuestro Señor Jesucristo tu manera de vivir es diferente. Tu alimentación espiritual comienza con la lectura de la Palabra de Dios. Tu alimentación corporal empieza a cuidar el templo de Dios.

La primera referencia de la palabra carne en la Biblia aparece en Génesis 2:21, Entonces Jehová Dios hizo caer un sueño profundo sobre Adán y, mientras este dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar, tras tomar una costilla de Adán para hacer a Eva. Así carne (hebreo basar), es lo que forma el cuerpo del hombre. Otra referencia aduce que La carne no es duradera Sal 78:39. Se acordó de que eran carne, soplo que va y no vuelve..

Pero pongamos especial cuidado en diferenciar las alusiones al cuerpo (gr soma) y a la carne (gr sarks).
Cuando el hombre se RIGE POR SUS INSTINTOS Y SUS PENSAMIENTOS afecta definitivamente sus sentimientos, deseos, pasiones, motivaciones y se va en contra de la voluntad de Dios. 

Gálatas 5:17 porque el deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais”.
Cuando tus impulsos y tus actos gobiernan tu cuerpo, gobiernan tu espíritu, estás en contra de la voluntad de Dios. 

Romanos 8:1. Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
El Espíritu Santo nos controla y nos da vida; he allí como debemos andar.

En 2 Corintios 10:2-4, Aunque andamos en la carne, no militamos según la carne, porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas- el uso de la palabra carne con los dos sentidos aparece expuesto claramente.

Cuando tu MILITAS según la carne, estás haciendo obras negativas y en contra de la voluntad de Dios, pero si tu guía es el Espíritu Santo tu naturaleza carnal se aparta y eres victorioso.

Galatas 5:18-25. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la Ley. Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. En cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

En la Biblia, la palabra carne, (en griego sarks o sarkós) se emplea para referirse a: (1) carne, como alimento (2) carne como cuerpo físico (3) carne como naturaleza humana (4) carne como descendencia humana o raza (5) carne como naturaleza pecaminosa del hombre (6) carne como ser humano o persona (7) carne como vida terrenal (8) carne como impulso sexual o deseo sexual; dependiendo del contexto donde te ubiques en la palabra de Dios, haces la referencia del asunto.

Un ejemplo; si escoges “Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”. Gálatas 5: 16, 17; en este contexto la palabra “carne” hace referencia a la naturaleza pecaminosa del hombre.

Esto no quiere decir que evites la carne y trabajes sólo el espíritu. Ambos trabajan juntos, las cosas que tu vayas a realizar, no las hagas con tus propias fuerzas, pon todo, tu voluntad y tu espíritu en manos del Espíritu Santo; debemos permitir que Su complacencia trabaje en la carne y en el espíritu y Gritarás VICTORIA ¡en el poderoso Nombre de Jesucristo de Nazaret.

Esto no lo alcanzas de la noche a la mañana. Es un caminar diario, una disciplina en la que permites que Dios entre en tu vida. Es una lucha contra la tentación que no agrada al Señor.

Todo aquello en que intentes operar en una esfera totalmente independiente a la confianza de Dios y opuesto a su voluntad te llevará a regirte por tus instintos por tu voluntad y no es agradable para Dios.

En la biblia podemos encontrar numerosos ejemplos de tentaciones de la carne:


Un día, al caer la tarde, se levantó David de su lecho, y se paseaba sobre el terrado de la casa real, cuando vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: «Aquella es Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías, el heteo». Envió David mensajeros que la trajeran, y la tomó; cuando llegó, él durmió con ella. 2 SAMUEL 11:5

David era un hombre de una carácter particular, un hombre conforme al corazón de Dios (1 Samuel 13:14) David se enteró a primera vista que Dios no muestra parcialidad con nadie. Su reputación anterior de ser un hombre conforme al corazón de Dios fue profundamente dañada, y muchos otros cayeron en pecado debido a su mal ejemplo. En lugar de alejarse de la lascivia que sentía en su corazón, deshonró la relación familiar ordenada por Dios entre Urías y Betsabé, robándole la esposa a su prójimo. Tratando de cubrir este delito, David cometió otros pecados.

El trato de Dios con nosotros es profundo, que seamos bendición para los demás. Las consecuencias del pecado de David fueron evidentes.


Veamos otro ejemplo. “José era de hermoso semblante y bella presencia, y aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y le dijo: Duerme conmigo. Pero él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: Mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mis manos todo lo que tiene. No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer. ¿Cómo, pues, haría yo este gran mal, y pecaría contra Dios?.

Hablaba ella a José cada día, pero él no la escuchaba para acostarse al lado de ella, para estar con ella, Pero aconteció un día, cuando entró él en casa a hacer su oficio, que no había nadie de los de casa allí. Entonces ella lo asió por la ropa, diciendo:
Duerme conmigo. Pero él, dejando su ropa en las manos de ella, huyó y salió. GENESIS 39:6

José siempre triunfó en la adversidad. Fue el undécimo hijo de Jacob, su primero de Raquel. Mimado, fue vendido a Egipto y anduvo con el Señor.

Con los dos ejemplos anteriores damos a entender que debemos evitar la sensualidad; probablemente nuestros ojos pueden ser un arma de doble filo. Para bien o para mal, debemos apartar nuestra mirada a los malos pensamientos, a todo aquello que aparte al hombre de la Voluntad divina de Dios. A Dios no le agrada que te dejes guiar por tus conocimientos, por tus instintos, ya que eres débil; siempre hay que andar con Cristo en nuestros corazones, para no caer en tentación, como lo hizo José.

La carne denota la personalidad total del hombre organizada en la dirección equivocada, y dirigida a empresas puramente terrenales en lugar del servicio para Dios.

Alimenta tu cuerpo y tu espíritu con la Palabra del Dios de Israel; en el poderoso Nombre de Jesús de Nazaret, amén.

Dios te continúe bendiciendo.