martes, 21 de junio de 2016

LA PAZ DE DIOS


El reposo es necesario en nuestras vidas. Después de tus tareas y labores diarias, apaciguar un poco tus sentidos es ineludible. El descanso se nos convierte en habito; por lo general según como actuemos, según como caminemos, según como obremos, inevitablemente estamos obligados a traer alivio a nuestro cuerpo, a recuperar fuerzas.


Hay algo que nos quita el sueño y nos impide dormir; Las preocupaciones en el hogar, en nuestro trabajo, situaciones diarias con nuestros vecinos o amigos, diferentes disposiciones, factores o circunstancias nos imposibilitan dormir. 


Muy de madrugada, en las mañanas, reflexionamos infinidad de cosas y nos ponemos a especular con nuestros pensamientos. Pensamos de muchas maneras y nos olvidamos de algo muy Grande y Fuerte que nos trae Paz y Gozo a Nuestras vidas.


En esas situaciones, en esos estados es indispensable que te entregues a la presencia del Espíritu Santo, para que puedas por medio de Nuestro Señor Jesucristo, buscar esa Paz que Dios nos da.


Aprendí a manejar ese tiempo en el cual, no podía dormir y las preocupaciones marcaban una pauta en mi mente para estar despierto y afanarme por muchas cosas.


Aprendí a orar, a no estar angustiado, a mostrarle al Señor mis peticiones con ruego y acción de gracias, a regocijarme en El, a tomar en cuenta todo lo que es verdadero, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre y si es Digno de Alabanza, en eso pienso. Todo lo que aprendo, recibo, escucho y veo en la Palabra de Dios, eso hago….para que el Dios de Paz esté por siempre conmigo.


Esta noche, eleva una oración. Lee un Salmo, alaba, canta, adora al Señor. Hazlo, recuerda, tu Señor, el Dios te Israel es tu fuerza, tu fe y es tu reposo.
Dios te bendiga.