martes, 20 de noviembre de 2012

LA LLENURA DEL ESPIRITU SANTO



Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas, y el sumo sacerdote Anás, y Caifás, Juan, Alejandro y todos los que eran de la familia de los sumos sacerdotes; y poniéndolos en medio, les preguntaron:
—¿Con qué potestad o en qué nombre habéis hecho vosotros esto?




Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo:
Gobernantes del pueblo y ancianos de Israel: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera este ha sido sanado, sea notorio a todos vosotros y a todo el pueblo de Israel que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. Este Jesús es la piedra rechazada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Aquí observamos a la Junta Suprema (líderes del país, con sus consejeros y maestros de la ley) reunida en Jerusalén. 

Estaban todos los jefes de los sacerdotes, sacerdotes principales y muchos expertos de la Palabra. Imaginémonos a grandes dirigentes religiosos reunidos, inquietos y enojados porque Pedro y Juan enseñaban que los muertos podían resucitar, así como Jesús había resucitado.

Estaban exasperados y querían darles respuesta a tantos interrogantes que había en sus corazones. 

Pedro y Juan fueron llevados a la presencia de todos ellos y estos empezaron a preguntarles sobre el permiso que tenían para enseñar a la gente, y el poder para hacer milagros. 

Preciosa palabra la que miramos cuando dice: -Entonces, Pedro lleno del Espíritu Santo les dijo-….Lo que dice el Espiritu Santo es una revelación divina, tan cortante, tan sublime, tan gozoso, un Poder Creador, un PODER SALVADOR que en ocasiones resulta difícil describir. Penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos y discierne los pensamientos del corazón.

Este pasaje, mas adelante revela lo sorprendente que se mostraron los de la Junta Suprema al OIR a Pedro y Juan hablar sin ningún temor, a pesar de que eran hombres sencillos y de poca educación ( en otras versiones dice “hombres sin letras y del vulgo”).

Se admiraban y se dieron cuenta que ellos habían andado con Jesús. Y no podían acusarlos de nada porque junto a ellos estaba el hombre que había sido sanado. 



En este fragmento de la Palabra, quisiera explicar cada verso, cada frase, cada oración, pero no terminaría. Por ahora quiero resaltar la expresión: lleno del Espíritu Santo.  Para aquellos que han tenido ese privilegio de oír y percibir a una persona llena del Espíritu Santo sabrá de lo que hablo.
Es una manifestación tan poderosamente celestial, tan maravillosa que incita, fortalece, levanta, vivifica, labra y anima. 

Cuando pones tu voluntad y tus pensamientos a Dios, ÉL te usa, te llena y hace fluir y derramar la hermosa presencia del Espíritu Santo. Es allí cuando tu mismo te admiras de las bondades y el amor que irradia esa representación que hay en ti.

Todo lo que dijo Pedro, no lo dijo ÉL, sino el Espiritu Santo, con Poder y Sabiduria de lo alto.
Te invito a que sientas esa presencia, leyendo a diario la Palabra de Dios y siguiendo sus estatutos.

Dios te  bendiga.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El poder del Espíritu Santo es lo que permite que la predicación del Evangelio sea expuesta con un poder sobrenatural y seguida de señales y prodigios. Como dirían los sociólogos "Recurso paranornal"
Dios te bendiga hermano.

Noemi dijo...

Les visito de El Salvador Centroamerica, desde mi blog
www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
RECIBAN MUCHISIMAS BENDICIONES

ABEL ADAN dijo...

Estimado Alí:
gracias por pasar. Dios te bendiga.


Apreciada Noemí:

tremendo testimonio que tienes.
Dios te continúe bendiciendo.