Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los
gobernantes, los ancianos y los escribas, y el sumo sacerdote Anás,
y Caifás, Juan, Alejandro y todos los que eran de la familia de los sumos
sacerdotes; y poniéndolos en medio, les preguntaron:
—¿Con qué potestad o en qué nombre habéis hecho
vosotros esto?
Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo:
—Gobernantes
del pueblo y ancianos de Israel: Puesto que hoy se nos interroga
acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera este ha sido
sanado, sea notorio a todos vosotros y a todo el pueblo de Israel
que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a
quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra
presencia sano. Este Jesús es la piedra rechazada por vosotros los
edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún
otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los
hombres, en que podamos ser salvos.
Aquí observamos a la Junta Suprema (líderes del
país, con sus consejeros y maestros de la ley) reunida en Jerusalén.
Estaban todos los jefes de los sacerdotes,
sacerdotes principales y muchos expertos de la Palabra. Imaginémonos a grandes
dirigentes religiosos reunidos, inquietos y enojados porque Pedro y Juan
enseñaban que los muertos podían resucitar, así como Jesús había resucitado.
Estaban exasperados y querían darles respuesta a tantos interrogantes que había
en sus corazones.
Pedro y Juan fueron llevados a la presencia de todos
ellos y estos empezaron a preguntarles sobre el permiso que tenían para enseñar
a la gente, y el poder para hacer milagros.
Preciosa palabra la que miramos cuando dice: -Entonces,
Pedro lleno del Espíritu Santo les dijo-….Lo que dice el Espiritu Santo es una
revelación divina, tan cortante, tan sublime, tan gozoso, un Poder Creador, un
PODER SALVADOR que en ocasiones resulta difícil describir. Penetra hasta partir
el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos y discierne los
pensamientos del corazón.
Este pasaje, mas adelante revela lo sorprendente que
se mostraron los de la Junta Suprema al OIR a Pedro y Juan hablar sin ningún
temor, a pesar de que eran hombres sencillos y de poca educación ( en otras
versiones dice “hombres sin letras y del vulgo”).
Se admiraban y se dieron
cuenta que ellos habían andado con Jesús. Y no podían acusarlos de nada porque
junto a ellos estaba el hombre que había sido sanado.
En este fragmento de la Palabra,
quisiera explicar cada verso, cada frase, cada oración, pero no terminaría. Por
ahora quiero resaltar la expresión: lleno del Espíritu Santo. Para aquellos que han tenido ese privilegio de
oír y percibir a una persona llena del Espíritu Santo sabrá de lo que hablo.
Es una manifestación tan
poderosamente celestial, tan maravillosa que incita, fortalece, levanta,
vivifica, labra y anima.
Cuando pones tu voluntad y tus
pensamientos a Dios, ÉL te usa, te llena y hace fluir y derramar la hermosa
presencia del Espíritu Santo. Es allí cuando tu mismo te admiras de las
bondades y el amor que irradia esa representación que hay en ti.
Todo lo que dijo Pedro, no lo
dijo ÉL, sino el Espiritu Santo, con Poder y Sabiduria de lo alto.
Te invito a que sientas esa
presencia, leyendo a diario la Palabra de Dios y siguiendo sus estatutos.
Dios te bendiga.
3 comentarios:
El poder del Espíritu Santo es lo que permite que la predicación del Evangelio sea expuesta con un poder sobrenatural y seguida de señales y prodigios. Como dirían los sociólogos "Recurso paranornal"
Dios te bendiga hermano.
Les visito de El Salvador Centroamerica, desde mi blog
www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
RECIBAN MUCHISIMAS BENDICIONES
Estimado Alí:
gracias por pasar. Dios te bendiga.
Apreciada Noemí:
tremendo testimonio que tienes.
Dios te continúe bendiciendo.
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