
Pues bien, no hay mejor ejemplo que dar el testimonio de uno mismo. De cómo Dios escoge a sus obreros para que trabajen la mies. De cómo a través de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo y por medio del Espíritu Santo, el Dios todopoderoso de Israel nos habla. Lo que te voy a exponer no es algo profundo, tienes que escudriñar bien las escrituras, estudiar la Palabra de Dios porque he allí se encuentra toda la VERDAD toda CONVICCION. Veamos:
Tú tienes ojos, porque ves y lees estas palabras.
Tienes oídos, porque seguro estas escuchando música de alabanza y adoración al Señor, o escuchas los pájaros de día, o los grillos de noche. O escuchas el “silencio”.
Y sientes, porque experimentas sensaciones internas y externas de tipo corporal. Un dolor en la mano, la pierna, un adormecimiento, un calor, un hormigueo etc.
Tienes que discernir, saber qué cosas provienen de Dios y cuáles no. Recordemos que una de las conexiones más poderosas para hablar con Dios es el Amor. Sin Amor no somos nada. Que lleves el arrepentimiento en tu corazón, que te transportes en el camino de la obediencia en sus mandamientos, que estés limpio ante Su presencia; esos son enlaces que debes llevar consigo. Te contaré que Dios nos habla con imágenes mentales, con visiones (Hechos 2:17; 7:55; 2 Reyes 6:17). Por medio de sueños y trances Hechos 18:9-10; Génesis 20:3; Daniel 7:2; Hechos 22:17). Dios también nos habla de manera audible(Lucas 3:21-22; Números 12:6-8), audible para nuestros oídos ;(1 de Samuel 13:1-4). Una voz interna, la que no escucha nuestros oídos físicos sino los espirituales, o a través de pensamientos, lo que pone en nuestra mente.
En el sentir esta la impresión o el saber. El testimonio del Espíritu Santo, Dios nos da dirección o guía (Nehemías 7:5). A veces existe una relación divina de algo que nos llega de parte de Dios y que sabemos que es verdad (Juan 4:18).
Debido al alto contenido de simbolismos y alegorías necesitamos interpretar esas manifestaciones que nos da el Señor cuando estamos hablando con El. Debemos confirmarlas también.
Por lo anterior, debes aplicar y responder a las preguntas de cuando y como sucederá o que debo hacer. Muchas veces viene una REVELACION en esa charla con el Señor. Los que tienen el don ministerial de Profetas entienden el mensaje que les doy. O a aquellos que el Espíritu Santo les ha dado el don de profecía.
En estos casos debemos tener cuidado con la obstinación y la altivez. Tú puedes escuchar a Dios, en un versículo, en la oración, en un mensaje, en un sueño, en las obras, etc. Permítele al Espíritu Santo que llegue a tu corazón; no le resistas, quizás llores, quizás sientas muchas cosas, no sé, quizás culpas, cargas, etc, pero déjaselas a nuestro Señor Jesucristo, El se encargará de interceder por ti. Te digo que eres una persona privilegiada porque Dios te ama, y si estas escuchando Su Voz ahora mismo, recuerda que es Tu llamado, en el Nombre Poderoso de Jesús.
Dios te continúe bendiciendo.