viernes, 26 de marzo de 2010

JESUS Y LA MUJER DE SAMARIA

Leamos y transportemonos en la historia:
Y le era necesario pasar por Samaria. Fue, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del viaje, se sentó junto al pozo. Era como la hora sexta.
Llegó una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo:
Dame de beber —pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos—.

La mujer samaritana le dijo:
¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?—porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí—.
Respondió Jesús y le dijo:
Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le pedirías, y él te daría agua viva.

La mujer le dijo:
Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?
Jesús le contestó:
Cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
La mujer le dijo:
Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed ni venga aquí a sacarla.
Jesús le dijo:
—Ve, llama a tu marido, y ven acá.
Respondió la mujer y dijo:
No tengo marido.
Jesús le dijo:
Bien has dicho: “No tengo marido”, porque cinco maridos has tenido y el que ahora tienes no es tu marido. Esto has dicho con verdad.

Le dijo la mujer:
Señor, me parece que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, pero vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
Jesús le dijo:
Mujer, créeme que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren. Dios es Espíritu, y los que lo adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren.

Le dijo la mujer:
Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas.
Jesús le dijo:
Yo soy, el que habla contigo.
En esto llegaron sus discípulos y se asombraron de que hablara con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: «
¿Qué preguntas?» o «¿Qué hablas con ella?».
—Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo?
Entonces salieron de la ciudad y vinieron a él.
Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo:
Rabí, come.
Él les dijo:
Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.
Entonces los discípulos se decían entre sí:
¿Le habrá traído alguien de comer?
Jesús les dijo:
Mi comida es que haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra. ¿No decís vosotros: “Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega”? Yo os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.Y el que siega recibe salario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra se goce juntamente con el que siega. En esto es verdadero el dicho: “Uno es el que siembra y otro es el que siega”. Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron y vosotros habéis entrado en sus labores.
Muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: «
Me dijo todo lo que he hecho». Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedara con ellos, y se quedó allí dos días. Muchos más creyeron por la palabra de él, y decían a la mujer:
Ya no creemos solamente por lo que has dicho, pues nosotros mismos hemos oído y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo..

Bueno, el camino más directo entre Judea y Galilea estaba en Samaria. Jesús y la mujer de samaria, quizás sea una enseñanza que tiene la forma vertical de evangelizar. Mucha instrucción se puede sacar del contexto. Es importante notar: ¿Jesús tomó agua? –Otra situación es: Él mismo se revela frente a la mujer de samaria. Otra nota importante es la NATURALEZA HUMANA DE JESUS: Estaba cansado.
Nuestra conversación con Dios no siempre la debemos hacer de manera literal. En nuestro ámbito terrenal siempre comprendemos las cosas a nuestra manera. Dios nos habla y nos escucha. Nos da un toque sobrenatural. Escudriña su corazón. La mente carnal de la mujer de samaria, difícilmente la dejaba entender lo que Jesús quería decirle.

Jesucristo ha dejado un ejemplo para que aprendamos a hacer la Voluntad de Dios:

-Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva-

Dios les continúe bendiciendo.

jueves, 11 de marzo de 2010

Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios


En algún momento de nuestras vidas hemos pasado por una impresión repentina causada por el miedo. Sentimos preocupación por el daño que puede ocasionar; eso mismo les ocurrió a nuestros gobernantes en nuestro hermano país de Chile.


Que sobresalto ¡..dirigir la vista al cielo tiene su explicación. Para muchos creyentes mirar la parte superior del edificio quiere decir prevención de lo que puede llegar a pasar con el material que cubre la habitación. Para otros, ver el cielo es señal de que algo no anda bien en esa esfera azul diáfana que rodea la tierra.


En lo alto están los bienaventurados que gozan de la presencia de Dios. Cuando ves hacia arriba estás considerando algo. Estas reconociendo o examinando una posibilidad. Estas intranquilo, preocupado, puede que con temor, angustia o inquietud. Puede que te sea difícil pensar o admitir otras cosas, y anticipadamente te ocupas de algo.


Bien es momento de dirigir la mirada a Jesucristo, y declar lo escrito en filipenses 2:5

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús:
Él, siendo en forma de Dios,

no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo,
tomó la forma de siervo
y se hizo semejante a los hombres.

Mas aún, hallándose en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte,
y muerte de cruz.

Por eso Dios también lo exaltó sobre todas las cosas
y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

para que en el nombre de Jesús
se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra;

y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre.

Dios te continúe bendiciendo