viernes, 30 de noviembre de 2007

La lumbrera menor


Ahora que observo la luna en alta definición,mirala aqui,examino con cuidado la creación del Señor, cuando dice la Palabra en Génesis 1:16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para que señoreara en el día, y la lumbrera menor para que señoreara en la noche; e hizo también las estrellas.
En aquellos tiempos el primer día de cada luna nueva se consideraba sagrado. De allí la asociación en el AT de la “luna nueva” mensual con el día de reposo semanal (p. ej. Is. 1.13). Este nuevo comienzo se indicaba con sacrificios especiales (Nm. 28.11–15), cuando se hacían sonar las trompetas (Nm. 10.10; Sal. 81.3). Amós pinta a los mercaderes de su época esperando ansiosamente el final de la nueva luna y del día de reposo a fin de poder reiniciar su comercio fraudulento. Por lo tanto parece haber sido considerado, igual que el día de reposo, como un día en que no se hacían los trabajos corrientes. La referencia podría ser, sin embargo, a la nueva luna del 7º mes, con relación a la cual la ley indicaba específicamente que no debía cumplirse ninguna tarea servil (Lv. 23.24–25; Nm. 29.1–6). 2 R. 4.23 sugiere que tanto la luna nueva como el día de reposo proporcionan una oportunidad, según se consideraba, para consultar a los profetas, y Ezequiel señala la luna nueva como día especial para el culto (Ez. 46.1, 3).
La luna se menciona juntamente con el sol como símbolo de permanencia (Sal. 72.5). Se la menciona como maravilla de la creación (Sal. 8.3), y como que señala con su comportamiento la venida del Mesías (Mr. 13.24; Lc. 21.25). El Sal. 121.6 sugiere que se consideraba que era capaz de afectar la mente, y en el NT se usan en Mt. 4.24 y 17.15 palabras griegas que significan literalmente “herido por la luna”.

En Job 31.26 se menciona a la luna como objeto de culto idolátrico, y la arqueología ha demostrado que se la deificaba en el Asia occidental antigua, desde la época sumeria temprana hasta la islámica. En la Mesopotarnia se adoraba al dios sumerio Nanna, al que los acadios dieron el nombre de *Sin, particularmente en Ur, donde era el dios principal de la ciudad, y también en la ciudad de Harán en Siria, que mantenía vínculos estrechos de tipo religioso con Ur. Los textos ugaríticos han puesto de manifiesto que allí se adoraba a una deidad lunar con el nombre de yrhÉ. En los monumentos se representaba al dios mediante el símbolo del cuarto de luna creciente. En Hazor, Palestina, se descubrió un pequeño santuario cananeo de la edad del bronce tardía que contenía una estela de basalto que representaba dos manos levantadas hacia la luna en actitud de oración, tal vez como indicación de que el santuario estaba dedicado al dios luna.

Cristo les ama.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

UN MENSAJE PARA TI

Quisiera que me dieras a conocer tu nombre,.. para dirigirme a ti en la forma en que se comunican los hijos de Dios, hacer extensivo mi saludo hacia ti, como otro hermano más en Cristo Jesús, para decirte que eres un instrumento escogido por Dios para llevar su mensaje a las naciones, para decirte que no te extrañes de las luchas y tribulaciones que estas pasando porque cuando se decide servir a Cristo, satanas recurre a todos los medios para derribarnos…pero debes ser fiel al Señor, El no te dejará ni te desamparará, es necesario que pases por tribulaciones y luchas porque para ser un hijo de Dios hay que pasar por un proceso, el cual es necesario, …tenemos que pagar un precio..pero muchos no están dispuestos a pagar ese precio, te aconsejo que no entres en contienda, sino exalta el Nombre de Jehová de los Ejércitos, el de su Hijo Jesucristo y el Santo Espíritu de Dios, recuerda siempre hermano y hermana que el poder de Dios se perfecciona en la debilidad, escudriña las sagradas escrituras, dobla tus rodillas y humíllate delante del Señor, conversa con El, y pídele que te conceda entendimiento, conocimiento y sabiduría de su Palabra…para que todo lo que emprendas te salga bien, pídele fuerzas para que sigas adelante contra viento y marea, donde quieras que vayas Glorifica y Honra el Nombre de Jesucristo….
En el poderoso Nombre de Jesús..Amen

lunes, 12 de noviembre de 2007

Lo que una Madre es para su hijo

De repente se levanta un capitulo en la Biblia; en el primer Libro de Samuel, capitulo uno y dos, encontramos lo que una madre pone por obra y acción amorosa para con su hijo.

Y hablaré de Ana, madre de Samuel (Samuel en hebreo quiere decir Su Nombre es Dios); Ana no tenia la capacidad de concebir; en el antiguo Israel la esterilidad era considerada un castigo de Dios y un motivo de deshonra. Dice la palabra “Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así, por lo cual Ana lloraba y no comía”. Con éste versículo sabemos que Ana sentía vivamente algo.

Más adelante la misma palabra nos dice “Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente”. Vemos aquí, que después de los sacrificios de la reconciliación, en los que una parte de la victima (el animal sacrificado) se quemaba en el altar y la otra se compartía en el banquete ritual, nuestra Ana afligida o algo disgustada sollozaba. Ella oraba por su hijo, encarecía las adversidades especialmente cuando doblaba sus rodillas y con su lengua le pedía al Señor un hijo. Pero sabes algo, Jehová le dio lo que pidió.
Quiero decirles a los hijos, que una madre derrama lágrimas por ti, así hayas tenido contienda con ella o no. Una madre le pide a Nuestro Señor Jesucristo que te cuide en todo lugar, que guarde tu senda de todo mal. Se levanta de madrugada a orar, a llorar, a enaltecer el Nombre de Jesús, a humillarse ante el Padre, a tener intimidad con el Espíritu Santo. Como hijo, con lágrimas en mis ojos te lo digo. Una mamá es como Ana, quien desea lo mejor para su hijo, quien anhela que trabajes para Dios, que le sirvas de instrumento para la misión excepcional que Jesús tiene para ti.
Mi querida madre me lo dice, en su silencio lo siento,.. que Jehová da la muerte y la vida, que Dios es quien te empobrece y te enriquece, que te abate y te enaltece, te levanta del polvo, te alza de basurero, para hacerte sentar como príncipe y heredar un sitio de honor que hay para ti.

Te tengo buenas nuevas, si eres hijo(a) recuérdalo: Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios y sobre ellos tronará desde los cielos. Jehová juzgará los confines de la tierra, dará poder a su Rey y exaltará el poderío de su Ungido.

domingo, 11 de noviembre de 2007

La Unidad del Espíritu


Y por Cristo el cuerpo entero se ajusta y se liga bien mediante la unión entre sí de todas sus partes; y cuando cada parte funciona bien, todo va creciendo y edificándose en amor”.

Tengo muchos amigos de varias denominaciones, de varias iglesias (aunque la Iglesia es Una, es Jesucristo Nuestro Señor) y siempre con toda humildad y mansedumbre los escucho, con la paciencia en el amor de Cristo, guardando el vínculo de la Paz entre nosotros, un mismo Señor, Un mismo Espíritu, Una misma Fe, una misma Esperanza.

Carismáticos, Católicos, de la Asamblea de Dios, Alfa y Omega, Adventistas, Mormones, Cuadrangulares, Pentecostales, del Movimiento Misionero Mundial y hasta Judíos. Hoy quiero servirle al Señor como es digno de la vocación a la cual fui llamado. No puedo negar el pan, no puedo negar el techo o el sustento a quienes han dado su sacrificio a nuestro Señor Jesucristo. Un versículo de la Biblia dice:

Entonces los fariseos, cuando oyeron que había hecho callar a los saduceos, se reunieron. Y uno de ellos, intérprete de la Ley, preguntó para tentarlo, diciendo:
—Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la Ley?
Jesús le dijo:
—“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.


A veces caemos en el error de la provocación; generando contiendas entre hermanos, no agradándonos a nosotros mismos, mucho menos agradando al Señor. Sé que tenemos un mismo sentir según Cristo Jesús, y es que unánimes estamos aquí para EDIFICAR la iglesia de Jesús.

Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. Cristo para esto murió, resucitó y volvió a vivir para ser Señor así de los muertos como de los que viven.
Tú, pues ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano?, porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo, pues escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios
.

El Mensaje final para todos mis estimados hermanos en Cristo es sencillo. El centro de Todo, es el Único Espíritu (Santo), el Único Señor (Jesucristo), y el Único Dios Padre.
Cristo les ama.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Cuando el Señor nos inquieta


Muy de mañana en la madrugada, cuando te quitan el sosiego, cuando turban tu quietud, en muchas ocasiones te sientes molesto por tanto alboroto o conmoción. Pero cuando esa alteración proviene de El Señor, en ti hay tranquilidad y serenidad. El Espiritu de Dios es el encargado de rondar de noche, a cada instante vela por ti y te levanta. Tu ánimo se inclina hacia ÉL, intentas encontrar respuesta en El, abre tus ojos muy de mañana y despiertas sorprendido porque han perturbado tu sueño. Dejame decirte que es Jesus inquietandote.
En el libro de Samuel podemos encontrar un ejemplo. Samuel ( que quiere decir nombre de Dios) fue un jefe simeonita, el profeta, contemporaneo de Saul y David. Mientras fue muchacho experimentó el llamado profetico. Veamos:

El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver, Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí. Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió y se acostó. Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven. Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar. Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye. Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos. Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin. Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado. Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas.1 De Samuel 3:1.

Notese cuando la Palabra de Dios dice " y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, Jehová llamó a Samuel". Quizás fue en madrugada. Aunque la lámpara encendida también nos da a entender que el Señor esta presente en medio de su pueblo y que va actuar a favor de él. Pero quiero decirte que, en el tiempo anterior al amanecer es cuando con más frecuencia puedes intentar escuchar al Señor. Si tienes un llamado, si no has experimentado intimidad, ÉL te inquietará, te hará postrar y harás oración delante de Él; cenarás, comeras pan, tendrás un verdadero AMOR y no con tus propias fuerzas realizarás tu misión, sino con las fuerzas de Mi Señor Jesucristo, con Su Gracia, y Su Palabra. Tienes que ir a Su Trono Celestial, porque Jesus nos ha dicho:

"He aqui yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y abre la puerta entraré a él y cenaré con él y él conmigo".

Dios los continúe Bendiciendo.